Deuteronomio 4:39
Lunes 04 de Enero del 2010
Tema del Mes: Los 10 Mandamientos
Tema de la semana: No tendrás dioses ajenos delante de mí
Deuteronomio 4:39
Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.
Dios quiere que entendamos que no hay otro. Ni en el cielo, ni en la tierra, aparte de Él. Es a Él a quien debemos acudir para todo. Dependemos totalmente de Él. Todos podemos hacer únicamente lo que Él nos permite. Podemos llegar únicamente hasta donde Él nos permite llegar. A veces estoy tan confiado de la relación que tengo con Dios que se me olvida tomarle en cuenta. Se me olvida consultar con Él, hablar con Él, conseguir Su permiso. Eso no está bien. Llegan momentos en la vida cuando abusamos de nuestra relación con Dios, pensando que somos alguien, que hemos llegado a obtener un estatus de preferencia especial, y que debido a eso, podemos hacer las cosas a solas. Aún cuando se trata de nuestra visión, tenemos que tener cuidado, pues, es Dios quien hace las cosas, no la visión. Si Dios pone en el corazón de otros seguir la misma visión que tenemos, está bien. En muchas ocasiones he dicho que como pastor, yo no tengo alternativa; tengo que ser obediente a la visión que Dios me ha dado. Eso es lo que promoveré. Y lo haré con Su bendición. En mi Iglesia lo promoveré, pues, es la visión que Dios ha dado a nuestra Iglesia, y diré a los miembros, “Por aquí es donde nos vamos.” Y lo haré confiado. Lo haré cuando se trata de mi persona, la Iglesia de la cual soy pastor, y en las congregaciones a las cuales Dios ha dado la misma visión. Pero nunca le he dicho a nadie que la nuestra es la única visión que hay. Es la única que hay para mí, para mí Iglesia, para las congregaciones a quienes Dios les ha dado la misma visión. Y seré obediente en llevarla a término. ¿Por qué? Porque Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. Todos tenemos que ser obedientes a lo que Él nos ha dicho que hagamos y ser respetuosos en ese sentido.
Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.
Dios quiere que entendamos que no hay otro. Ni en el cielo, ni en la tierra, aparte de Él. Es a Él a quien debemos acudir para todo. Dependemos totalmente de Él. Todos podemos hacer únicamente lo que Él nos permite. Podemos llegar únicamente hasta donde Él nos permite llegar. A veces estoy tan confiado de la relación que tengo con Dios que se me olvida tomarle en cuenta. Se me olvida consultar con Él, hablar con Él, conseguir Su permiso. Eso no está bien. Llegan momentos en la vida cuando abusamos de nuestra relación con Dios, pensando que somos alguien, que hemos llegado a obtener un estatus de preferencia especial, y que debido a eso, podemos hacer las cosas a solas. Aún cuando se trata de nuestra visión, tenemos que tener cuidado, pues, es Dios quien hace las cosas, no la visión. Si Dios pone en el corazón de otros seguir la misma visión que tenemos, está bien. En muchas ocasiones he dicho que como pastor, yo no tengo alternativa; tengo que ser obediente a la visión que Dios me ha dado. Eso es lo que promoveré. Y lo haré con Su bendición. En mi Iglesia lo promoveré, pues, es la visión que Dios ha dado a nuestra Iglesia, y diré a los miembros, “Por aquí es donde nos vamos.” Y lo haré confiado. Lo haré cuando se trata de mi persona, la Iglesia de la cual soy pastor, y en las congregaciones a las cuales Dios ha dado la misma visión. Pero nunca le he dicho a nadie que la nuestra es la única visión que hay. Es la única que hay para mí, para mí Iglesia, para las congregaciones a quienes Dios les ha dado la misma visión. Y seré obediente en llevarla a término. ¿Por qué? Porque Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. Todos tenemos que ser obedientes a lo que Él nos ha dicho que hagamos y ser respetuosos en ese sentido.
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